MUERTOS PERO VIVOS



“Creo que hay que pelear contra el miedo. Que se debe asumir que la vida es peligrosa y que eso es lo bueno que la vida tiene, para que no se convierta en un mortal aburrimiento”. (Eduardo Galeano)
Este tiempo, este “Hoy”, nos confronta con una realidad compleja y penosa.
Se vive un presente de incertidumbre absoluta. Y paradójicamente “Compartida”, en un Mundo donde el compartir no ha sido jamás moneda corriente.
Hoy se comparte:
Incertidumbre y miedo. Inseguridad y desolación. Se comparte también la idea de que no es este el Mundo que queremos, que deseábamos, ni que deseamos para nuestros hijos en un futuro. Y esto último creo, es en buena medida bueno, valga el juego de palabras.
Ante la realidad innegable de este virus, que afecta hoy a más de 150 países, crece la preocupación a partir del constante bombardeo informativo sobre la situación en los distintos continentes, de igual modo que la controversia en relación a los eventuales métodos de cura.
La discusión potencia aún más la incertidumbre. La versión de que Italia resuelve casos de COVID terminales en 24 hs con Cardio aspirina y limón hervido, los científicos que promueven el CDS para la prevención y cura basados en sus experiencias junto con los médicos por diferentes países y continentes ( Cruz Roja en África entre otros ) golpea a los protocolos de organizaciones como la OMS. La misma OMS que en la década del 50 lanzó un comunicado al Mundo anunciando que no era conveniente que las Madres amamantaran a sus hijos, pues esto generaba un germen en la aureola del pezón que ocasionaba la muerte de los bebés .
Vale recordar que entonces tras el insólito y “siniestro” anuncio la muerte llego a recién nacidos en distintas regiones por múltiples motivos a causa de la ciega obediencia de muchas madres.
Hoy es sabida la importancia (natural por otra parte) del amamantamiento, que brinda un sinnúmero de beneficios a los niños, entre ellos la inmunidad a enfermedades que la madre del lactante padeció y superó.
Tras esta “Movida”, como es de imaginar promovida por los grandes medios de comunicación mundiales, “eternos” lacayos del poder económico y promotores del miedo; La industria farmacéutica lanzó al mercado la salvación de los recién nacidos, llamada S26, la conocida leche en polvo para bebés.
Nuestra población es bombardeada constantemente con información cuyas fuentes son estas organizaciones que históricamente han funcionado en muchas ocasiones al servicio de los pérfidos intereses de grandes capitales y de los laboratorios.
Los protocolos impuestos a partir de las autopsias hechas a 3 cadáveres en Wuhan, cayeron tras la investigación que probó la verdadera causa de las muertes, y que resultó de las decenas de autopsias practicadas por los médicos en Italia. Esto echó por tierra la cuestión planteada de los respiradores como solución (Que significó para algunos un abultado negocio) y dio luz a lo nuevo, que señala a los “trombos” como causantes de los decesos y muestra a los antioxidantes y anticoagulantes como alternativa real para la solución inmediata al drama.
Entonces nuevamente recuerdo semanas atrás en: cómo se recomendaba en los protocolos iniciales del COVID 19 el no uso de sustancias como el paracetamol (las aspirinas) y que hoy aparecen como alternativas de solución.
En medio de todo esto, los comportamientos se “modelan” y tristemente transformamos también nuestra mirada hacia el otro, al prójimo, viéndolo cómo amenaza latente. Es el un “portador de muertes”. Por lo que la recomendación es “el distanciamiento”.
Una vez más, apostamos a partir de los consejos de los “sabidos”, a lo antinatural ( en el 1950 fue NO AMAMANTAR ), ahora debemos tomar distancia unos de otros.
Cómo especie somos en esencia sociables, sin embargo, hoy “debemos” apartarnos socialmente, contradiciendo nuestra naturaleza humana.
En Francia y China los espacios de los niños en los colegios se delinean ahora con rayas en el piso, los pupitres tienen mamparas para evitar el amenazador contacto. Sin embargo y sin relativizar lo sucedido con los muertos hasta hoy y en todas partes, porcentualmente COVID 19 deja una cantidad de muertes sensiblemente inferior que la gripe corriente en el Mundo.
Así mismo, colapsa la economía mundial y algunos países viven hoy casi al borde del estallido social, producto del confinamiento impuesto y auto impuesto por los ciudadanos que no pueden concurrir a trabajar por la inminente paralización de actividades y toques de queda.
Entonces la pregunta es: Que nos queda.?.
Mientras que el mensaje recurrente pone en claro: “-Si salen a la calle es probable que los mate el virus “. Y esto es promovido por los medios y llega desde los gobiernos, asesorados por la OMS y los “sabidos” y hasta cierto punto, asumo, también en algún momento lo replicamos, ¿Verdad? Creímos en respuestas y soluciones concretas de quienes anunciaban protocolos y restricciones que nunca llegaron, ni llegan.
A la vez que el “Quédate en casa” estalla ante la gente, generando malestares innumerables pegando duro en los más vulnerables económicamente (la mayoría) pues la cruda y “real” realidad para estos sectores es que no salir de casa, para no “morir” por el virus, implica morir de hambre, pues ellos dependen de sus magros ingresos diarios . A la vez que los gobiernos en general han demostrado su ineficiencia e irresponsabilidad para responder ante una situación de esta naturaleza, atendiendo a la población en consecuencia tras sus anuncios de cuarentena obligatoria. Incluso algunos Gobernantes como el de Uruguay han aumentado las tarifas públicas en medio de la crisis sanitaria mientras otros como el del Ecuador, abona millonarias cifras al fondo Monetario sin contemplar las urgentes necesidades del país en términos de apoyo económico a los ciudadanos y atención a la emergencia sanitaria producto del desabastecimiento de insumos en los hospitales y centros de salud. A lo que se suma un escándalo de “burda” corrupción asociada a altos elementos del gobierno de Lenin Moreno, uno de los presidentes de la historia del País con el menor índice de aprobación ciudadana de su gestión, objeto del desagrado de la población.
Es este, sin dudas, un tiempo donde se hace necesaria una fina reflexión; Vivimos un momento en el que se impone leer entre líneas y ver, atentos, más allá de la geografía de nuestras casas y nuestros países; E intentar deducir lo que “Nos” sucede como colectivo mirando con detenimiento cada suceso local y global , para así comprender hacia qué tiempo vamos y decidir si es este el curso que en realidad queremos seguir. O si se impone darle un golpe de timón a todo esto y ser protagonistas desde otro lugar; Definiendo cuál debe de ser nuestro papel en este momento crucial para la humanidad. Ese creo es el verdadero desafío.
Ahora, hoy, ya no en el “Ayer”, asumiendo el bendito beneficio de la duda en relación a lo que hemos venido viviendo y fundamentalmente cómo lo vivimos, me planteo, me pregunto y les pregunto: “- No será que el camino que transitamos hoy, es como el andar de la res rumbo al matadero?”.
Y me viene inevitablemente a la mente la canción de maravilloso José Carbajal “El Sabalero” titulada: “La Muerte” que reza en una de sus frases e interpretación memorable: “- Yo quiero una muerte viva, jamás una muerte mansa…”.
“El Oriental” Álvaro Márquez- Ecuador- marzo 2020
* Fotografía Franco Fafasuli
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