Somos la generación que no pudo con esto que queda para los chicos. Los que tuvimos la incapacidad de no cambiar las cosas para los que trajimos. Los cómplices del consumismo, del capitalismo feroz y despiadado. Los que no tenemos el valor de asumir que no logramos hacer  ”mejores” Hijos (borregos funcionales) para estos tiempos y carecemos del coraje de asumirlo y cargamos las tintas en contra de nuestros jóvenes, nuestros propios “ hijos” de esta nueva generación que tiene la capacidad de no creer más en tanta farsa e hipocresía y en que las cosas simplemente “ son así” como decimos y que no aceptan callados el regaño porque “ algo habrán hecho”.

Somos una generación seriada que nos vendemos, aceptamos casi todo y compramos a crédito y con intereses los paquetes que nos venden los noticieros y los desmerecidos políticos en los que NO creen ya “nuestros“ hijos, hartos de ver cómo aceptamos insólitas versiones y realidades como borregos . Somos los coronados por el EGO, que cubrimos con canciones ochentonas nuestros oídos para no oír ni aceptar que las realidades han cambiado y que lo que importa “ no es el mundo que le dejamos a nuestros hijos, sino los hijos que dejamos a nuestro mundo”.

Somos la generación que no está aceptando que nos vean cómo nos ven los jóvenes porque resulta inadmisible entender que continuemos sosteniendo modelos obsoletos, de política y de conducta ante un Mundo nuevo que hemos hecho casi insoportable.

Somos los fantoches engreídos que subestimamos a los jóvenes, a nuestros propios hijos, a quienes no les dedicamos el tiempo suficiente para escucharlos porque elegimos correr tras el último modelo de lo que sea porque creemos que eso NOS hace y los va a hacer sentir mejor.

“- La suerte no existe” dijo Freud un día . Y agregó :”- La suerte son los padres”. Y si en efecto es así, mal aporte les hemos dado, Brindándoles la crítica y el cuestionamiento permanente como “estímulo”.

Estas nuevas generaciones, encarnan la maravilla de la resiliencia, nos sobreviven, nos sobrevivieron. Eso ya los hace meritorios y nos duele.

Y les plantea el desafío de resolver lo que por ineficientes y arrogantes NO resolvimos. Y no aceptamos pretendiendo transferirles la culpa.

Somos una generación de borregos que aceptamos la mentira como verdad, que nos casamos para tener amantes y criticamos la unión libre, que fumamos marihuana y hoy jugamos a los sabios impolutos que nunca experimentamos con “lo prohibido”. Discriminamos: negro, maricón, travesti, indio. Y hablamos de aceptación.

Somos los que demostramos NO poder con este Mundo que les legamos por nuestra incapacidad para “juntarnos” valientemente. Y con hipocresía responsabilizamos de los males a nuestros propios hijos, cobardemente.

Somos los que si tuviéramos un poco de dignidad y respeto, deberíamos al menos callarnos y dejarlos “ hacer” aunque para “nosotros” no hagan nada, estos bellos “Tribalistas”.

Somos los que con vergüenza deberíamos salirnos, hacernos al menos al costado, cargando el trofeo de una generación de perdedores indolentes y sentarnos bajo el árbol de la vida con aceptación y humildad a sanar nuestros errores.

“El Oriental” Álvaro Márquez
Enero 2023